martes, 10 de noviembre de 2009

ROSA DE VÉRTIGO


Pude ver a las niñas de tus ojos
en el columpio del sol,
gravitando sobre el arco iris
con sus pies descalzos.
Tres vírgenes con sus cántaros de miel,
vienen a mí.
Los aromas de tu piel,
blanca de luna,
embriagan mi alma.

Criatura de la tierra
en la sexta casa del cielo,
la gracia de tu belleza
consuela en la presencia,
aflige en la ausencia.

Tu sonrisa de dientes de leche
me contiene,
las ondulaciones de tus cabellos
me pierden.

Los principios ceden,
la razón no entiende.
La conciencia pregunta
¿Callar prudentemente?
¿ decir sinceramente?

Rosa de vértigo,
la contingencia de lo que hoy es
no predice aquello que mañana
pueda ser.
El instante inicial
de la caricia en el alma
aún puede llegar.

La esencia de Eros
penetra todo el ser,
liviano como el éter
enloquece la razón
inunda el corazón.
La garra de la pantera
rasga el velo de la apariencia,
la foto de hoy se tiñe de sepia.

Antes que la rosa de vértigo,
cristalice definitivamente
en el silencio,
antes que deba refugiarme
detrás de donde soplan los vientos,
antes que los sueños
con sus alas quebradas
caigan,
antes que Orfeo
vuelva atrás la mirada,
debo liberar estos versos.

Marcelo, 2009.

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