sábado, 2 de noviembre de 2013

Omnívoros, la nueva cultura.

En Apocalípticos e integrados, Umberto Eco, analiza la postura de los primeros que tienen una visión pesimista acerca de la cultura de masas, que incluye el consumo de medios audiovisuales, comics,  y los integrados, que tienen una posición optimista respecto de la apertura de la cultura "alta" hacia las clases que habitualmente consumen productos culturales de "mal gusto" llamada “cultura de masas” para morigerar el concepto de feo que promueven desde el Statu quo hegemónico.

El sociólogo Bauman,  va un poco más allá en el concepto de apocalípticos e integrados  y en su modernidad líquida, llama "omnívoros " a los que antes eran una diferenciada elite de arte elevado.
Un término que toma de R. Peterson y se refiere a que una persona puede, dentro de sus posibilidades de consumo cultural, moverse en el espacio de la ópera, del rock, del folclore, usar un teléfono digital, leer libros y comer platos griegos, españoles, argentinos o japoneses. Con este concepto, se deja atrás a los gustos de elites de "alta cultura", los gustos "mediocres" y los "vulgares".

Freud sostenía que “la belleza no tiene una utilidad evidente, ni se manifiesta en su necesidad cultural, pero la cultura no podría vivir sin ella”.
Y esto es parte de la modernidad líquida que estamos atravesando, en una suerte de zapping que coincide con las olas y el surfing pero también con la tercera migración o diáspora de las minorías hacia países centrales.
Esta corriente migratoria hace que los ingleses, franceses de “raigambre”, miren con desconfianza y recelo a los nuevos inmigrantes, con una cúspide en la indiferencia cultural, al mismo tiempo que nace un derecho a la diferencia. Si en esta inédita situación de diversidad, como ha ocurrido antes en Latinoamérica con corrientes migratorias europeas primero y luego entre países del mismo continente, se potencia la singularidad de identidad, en lugar de la diversidad en la singularidad, entonces la violencia de etnias y de cultura es inevitable.

Aceptar que somos diversamente diferentes, esto es una pluralidad de filiaciones y no la ilusión de un destino, es un paso hacia la superación de la violencia por conflictos de identidad.

Una persona puede, entonces festejar Halloween y el día de la Tradición, jugar un video games,  o escuchar un concierto, practicar un deporte o tocar un instrumento, dando a cada filiación un lugar de preferencia en su diversidad.
Estas identidades particulares enriquecen los lazos sociales y representan una sana dosis de nihilismo  positivo, con una superación moral de tolerancia, en esta, la era del omnívoro en la modernidad líquida, un rescate de la dignidad humana a través de los valores universales.

Marcelo Ocampo

Bibliografía

1. Bauman Z. La cultura en el mundo del a modernidad líquida. FCE, 2013.
2. Eco U. Apocalípticos e integrados. TusQets, 1997.
3. Sen A. Identidad y violência. Katz, 2008.

No hay comentarios:

Publicar un comentario