-Es todo cuanto necesitamos;
Además, pimienta y vinagre.
Ahora si ya estáis listas, queridas ostras,
Podemos empezar a comer-
Lewis Carroll, A través del espejo.
Además, pimienta y vinagre.
Ahora si ya estáis listas, queridas ostras,
Podemos empezar a comer-
Lewis Carroll, A través del espejo.
Maimónides escribió en el Levítico: la carne de cerdo contiene más humedad de la necesaria y demasiada materia superflua...Sus hábitos (del cerdo) y su comida son muy sucios y repugnantes. Tal vez Maimónides era un gran observador, un empirista racionalizando la zoonosis conocida como triquinosis con la ingesta de carne de cerdo.
Pero lo mas probable es que el cerdo al no ser rumiante y poseer pezuñas, haya sido un animal raro y tabú como en otras civilizaciones. Digo esto porque también Maimónides pensaba que las mujeres tenían 2 úteros como tenían 2 senos.
Un estudio antropológico de Mary Douglas, concluyó que los animales prohibidos son anómalos en sus clases y que las criaturas terrestres que reptan, las voladoras de 4 patas, o las que tienen pezuñas hendidas pero no son rumiantes, como el cerdo y el camello se alejan de la normalidad, necesaria para la santidad.
En Crotona procedente de Samotracia, Pitágoras el matemático y chamán, prohíbe comer al buey arador, porque está tan cerca del hombre que es como comer carne humana. Pero permite que ciertos seguidores de la secta, coman cerdo porque arruina las semillas de la diosa del cereal, Deméter; también permite comer cabra porque arruinan las vides del dios Dionisos.
En el andar, el cerdo fue tabú, pero también alimento y en las escribanías de la evidencia posmoderna, fue demonizado por la ciencia, ocurre que el paradigma afirmaba que su carne subía los niveles del nuevo enemigo, el colesterol, que tapa las arterias y enferma el corazón y la cabeza.
Pero curioso destino el del cerdo, en otra escribanía de la evidencia, fue declarado alimento sano y más aún, afrodisíaco, por eso el SENASA advierte acerca de no consumir cerdo con nuez apio y ginkgo biloba, por posibles efectos adversos tales como el incómodo priapismo doloroso.
En el reino vegetal, las habas son alimento de caníbales, porque son como hermanas del hombre, tienen forma de sexo, olor a sexo y son afrodisíacas. Pitágoras prohibió comerlas porque era igual a comer al prójimo.
El caballo como el buey, están muy domesticados y tan cerca de los humanos, que también, salvo hambrunas, estaba prohibido comerlos.
En este andar sincrónico de comidas y de tabúes, Moctezuma se lavaba las manos y comía tortillas de maíz y chocolate amargo en una copa de oro, acompañada de carne de muchachos asada.
Los españoles, prohibieron el pagano hongo alucinógeno del chamán porque era un instrumento del diablo; a cambio le dieron el vino de Cristo, que es la sangre de Cristo, que en la antigua Grecia, fue la sangre de Dionisos, el ígneo bebedizo de la madre tierra.
Y los indios aceptaron mansamente porque “vieron lo que creyeron”: los españoles eran dioses, como Quetzalcoatl la serpiente emplumada, que en verdad era Cortés y los jefes no encontraron la respuesta que flotaba en el viento de Bob Dylan. La comunicación simbólica se cortó, los dioses callaron y los españoles ganaron.
Pedro de Mendoza funda Buenos Aires llamada Puerto del hambre.
Ulrico Schmidl, escribió en su crónica “Derrotero y viaje a España y las Indias”:- fue tal la pena y el hambre que no bastaron ni ratas ni ratones, sucedió que 3 españoles robaron un caballo y se lo comieron a escondidas luego los colgaron y algunos españoles se los comieron, como al hermano de Ulrico en, 1535, día de Corpus Christi en Buenos Aires.
Luego vino la encomienda, institución de origen feudal que dispuso tierras para los españoles e indios para servirlos, y de ahí pasó el hambre a los indios.
Una bula del Papa Nicolás en 1455 dio a Portugal el derecho a reducir y conquistar a los paganos en África. Un llamado "telefónico" (llame ya) de los Reyes Católicos al Pope Alejandro VI hizo que este firmara (5) bulas dando los mismos derechos a España en América.
Un dominico francés del XVIII escribió sobre los "gustos" de los caribes: Los franceses eran los más ricos, los holandeses difíciles de digerir sin un aperitivo, los españoles de carne muy fibrosa. (Nadal)
Y llegamos en este derrotero sincrónico, a una Latinoamérica, donde el 10% de los chicos menores de 5 años tienen desnutrición aguda (bajo peso) y el 20% del mismo grupo etáreo tiene desnutrición crónica (baja estatura).
Buenos Aires sigue siendo el Puerto del Hambre. Las vaquitas son ajenas y la soja también.
Una novedad gastronómica, sudando crepitando y humeando sobre improvisadas y chorrientas parrillas callejeras en las canchas, en los actos políticos y en toda manifestación popular, es el chorizo de carne mezclada con soja, que estira la carne y el chorizo parece de puro cerdo, pero es el nuevo chorisoja.
El chorizo tiene soja, el caldo artificial, tiene soja, la lata de atún, tiene soja, la tentadora golosina, tiene soja y hasta la milanesa es de soja.
A la pregunta ¿Comiste soja alguna vez? Responde: sí, he comido.
La primera hamburguesa fue la de un médico, J .H Salisbury, quien en 1888 inventa unos pastelitos de carne a la parrilla, de un centímetro y medio con pimienta, sal, cebolla y verduras, (Salisbury Steak) para los enfermos de tuberculosis.
Pero antes, los guerreros mongoles llevaban carne picada bajo la montura de sus caballos que se iban cocinando con el calor del animal. (una especie de horno natural)
En el curioso andar, la hamburguesa se transformó en un negocio redondo e icono de la cultura posmoderna, de la mano de las cadenas Mc Donald´s y Burger King.
Por culpa de esta comida aderezada y acompañada de una buena porción de papas fritas hidrogenadas, bajadas del buche al estómago con burbujeante gaseosa, Papá Noel, que alguna vez fue Nicolás de Bari, un obispo flaco y bueno, se transformó en el gordo bonachón que todos conocemos.
¡Feliz Navidad!
Marcelo Ocampo
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