domingo, 28 de septiembre de 2014

Sopa de letras a la carta.



Los arúspices corren detrás de la diáspora de las  vísceras,  los antiguos vates de Grecia, conservan la visión profética, los ciegos modernos, cedieron a la tentación del Braille, como esperanza en la técnica encerrada en el ánfora de Pandora. 

Los informáticos analizan cómo y porqué el temible Terabyte se está comiendo a    Gigabyte, un canibalismo inédito, que está  haciendo colapsar el alfabeto binario.  

Los 7 sabios de  Grecia,  buscan, incrédulos  a Psi, la penúltima letra del alfabeto griego,  quien, desencantada, se fue de Grecia.  Los matemáticos, desesperados, calculan cómo encontrar el número 700 y su múltiplo.  

Los filósofos elucubran porqué,  Ψυχή  (Psiqué), el alma alada, voló hacia Occidente, dejando sin leteo a 700 almas que vagan sin rumbo por Asfódelos.

Los científicos investigan, porqué, en un período de ciencia normal, un paradigma cayó del cielo de la evidencia a la tierra, sin mediación de la ciencia.   

¿Por qué  razón divina o humana se puede hallar una explicación a estos acontecimientos extraños y aparentemente inconexos?

Los 7 sabios de Grecia, tengo entendido, ya habían descartado como posibles causas a las colisiones neuronales y astrales al azar, papiros apócrifos, ciencias ocultas  de los magos de Egipto, milagros de la fe, mezcla de sangre y plomo de los alquimistas seguidores de Averroes, causas naturales como las turbulencias de las corrientes marinas, o la sequía del desierto de Libia.

Es muy probable, aunque con una pátina de  incertidumbre, que parte de la respuesta se encuentre en la leyenda  de la invención de las letras.

Esta es la pista que analizan los 9 expertos en distintas disciplinas.
Se basa en una leyenda que  Platón había escuchado de su maestro, Sócrates y luego, a modo de homenaje, escribió en el Fedro, un mito alegórico:    
Cuenta la a leyenda que el dios Teuth inventó las ciencias y las letras y se las obsequió al rey de Egipto, Thamus, quien luego de algunas vacilaciones, repartió el alfabeto entre sus súbditos, éstos, no entrenados en el uso de de las letras como nuevas herramientas,  padecieron de una epidemia de ignorancia y de  olvido, por exceso de escritura.

Las personas no han podido  entender que tanto la letra como el número, son símbolos y no la forma ideal o  arquetipo eterno, perfecto y divino.
Esta invención de la letra ha provocado graves casos de “graforragia” e incómodos episodios de escatológica “graforrea”.

Sócrates había advertido el peligro del aprendizaje desde fuera del ser  y le había contado a Fedro de aquella nefasta invención de las letras, un pseudo aprendizaje por el cuál, las almas olvidarían la reminiscencia, los espíritus vagarían como manuales ambulantes, y el aforismo: “Conócete a ti mismo”, caería en el olvido.

De este modo, los  9 expertos,  pudieron dar una respuesta presuntiva acerca de los extraños acontecimientos.
Pero no  han encontrado una solución para el menú sofista de sopa de letras a la carta y la retórica que envenena como  cicuta en la última cena.


Marcelo Ocampo
28/9/14   


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