miércoles, 10 de septiembre de 2014

Mito y religión de la comida: caníbales y vegetarianos



                                                              “El hambre es el signo de la muerte”

Esta cuestión de los efectos de la ruda y la caña del mes de  agosto, tienen que ver con la simbología de los alimentos y la transformación que operan mediante la ingestión. La magia homeopática de comer carne es conocida (Frazer, la Rama Dorada): el que come león tendrá corazón de león, el que come serpiente, gana astucia, el que come pollo, será cobarde.

El que come carne cruda de un animal (Dionisismo), será un Dios. La lógica de esta homeopatía sigue a la lógica de algunos caníbales: se morfan un enemigo para capturar espíritus, otros (endocaníbales), para lograr alguna virtud o el “Nu” (fluídos vitales) de sus muertos o para mejorar en calidad de vida.
La etimología de la  palabra caníbal, viene de un viaje de Colón quien entendió mal la palabra arawak “cariba” y la convirtió en “caniba”.  (Fernández-Armesto. Historia de la comida). 
Hay caníbales por necesidad o hambruna como “la balsa de Medusa” o ley del mar, bajo la cuál se iban comiendo entre camaradas para sobrevivir. EL canibalismo de supervivencia tuvo lugar en el accidente aéreo del equipo de Rugby uruguayo en 1972, conocido como el milagro de los Andes.  

Hay canibalismo religioso en la eucaristía, comer a Cristo sacramentado en la hostia.

De hecho desde la religión griega, los dioses olímpicos eran caníbales, se les ofrecía un holocausto en su honor,  la matanza de bueyes está descripta ampliamente en la Ilíada y en la Odisea, incluso con detalles de cocción, primero se asaban las spláchna (hígado, pulmón, corazón y bazo según la clasificación de Aristóteles) en el espetón y la carne o sark se cocía en el caldero. Una excepción fue la matanza, descuartizamiento y manducación  del niño dios Dioniso por los titanes quienes invirtieron el proceso culinario, primero cocieron y luego asaron al tierno niño. (Detienne M. La muerte de Dionisos).
Cronos se devoraba a sus hijos para evitar que lo destronaran a él, quien antes había cortado los genitales a su padre Urano con la hoz, método sugerido por Gea su madre.
Pero Cronos, no masticaba sino que tragaba a sus hijos. Por consejo de Metis, Rea, la esposa del mandamás,  da un emético a su marido y éste vomita a todos sus hijos entre ellos a Zeus, quien luego de vencerlo se convierte en el rey de los olímpicos.  

El canibalismo por venganza, es una manera de ojo por ojo y diente por diente, tal vez mas diente por diente, como ocurrió luego de la violación de Tereo a Filomena: viola a su cuñada y luego le corta la lengua para que no pueda contar el violento episodio. Pero filomena en un bordado contó lo ocurrido a su hermana Procne, esposa de Tereo. Las dos hermanas urden la venganza, matan al hijo de Procne y de Tereo y se lo sirven en un guisado, luego que Tereo manduca sin sospechar, su mujer le muestra las manitos y los piecitos del pobre Itis. Los tres fueron castigados y convertidos en distintos pájaros.

Idéntica receta fue la que usó  Atreo para vengarse de su hermano Tiestes: mata y sirve en guisado a los tres hijos de Tiestes: Áglao, Calileonte y Orcómeno. El comió sin sospechar algo,  hasta finalizado el banquete, cuando Atreo le mostró las cabezas de los niños. Tiestes lanzó una maldición sobre Atreo y sus descendientes conocida como la madición de los átridas, o sea los hijos de Atreo: Agamenón y Menelao   

EL cíclope de la Odisea se comía a los compañeros de Odiseo, hasta que éste lo emborracha con vino de Maronea ( García Soler María. El arte de comer en la antigua Grecia) y le ciegan de su único ojo clavándole una estaca.
Luego salen de la cueva atados a la panza de las ovejas, Polifemo les palpaba la lana y el truco resultó para los que se salvaron mediante una sustitución sacrificial, la piel y lana del animal mediando entre víctima y victimario.               

Los vegetarianos en cierto sentido, se parecen a los caníbales pues como éstos,  también persiguen la lógica de una mejor calidad de vida, mediante un estilo de alimentación. Pitágoras, un erudito vegetariano, se alimentaba de aromas como mirra e incienso, de algunas frutas y vegetales como la lechuga (alimento de cadáveres) y lograba la ascensión ontológica vertical. (Detienne M. Los jardines de Adonis.)

Los pitagóricos aritméticos, quienes añoraban la edad de Oro,  tenían una dieta vegetariana estricta.
 Los seres o  daímones lunares,  se alimentaban también de los aromas que subían a la Luna por la combustión de  mirra e incienso y  dejaban, como el gran Pitágoras, pocos excrementos.

También hay una cuestión de gustos culinarios en los caníbales “sibaritas” según se desprende de  los comentarios de un dominico francés sobre los caribes: Los franceses, eran los más deliciosos los ingleses en segundo lugar dentro las preferencias culinarias, los holandeses eran sosos y los españoles tan fibrosos, que los hervían antes de manducarlos. (Fernandez-Armesto)

Y no podemos soslayar al Dr. Hannibal Lecter, exquisito y justiciero caníbal gourmet.

Para ustedes, queridos lectores, les ofrezco un delicioso trozo surrealista de “cadáver exquisito”, con guarnición al gusto.  ¡Bon appétitt!         

Marcelo Ocampo
10/9/14       

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