Los autores del artículo recurren a la alegoría del árbol de la vida como forma pedagógica de mostrar su propuesta.
Mi intención es entonces analizar desde la mitología el significado de la imagen del árbol como símbolo sagrado y mostrar someramente algunos aspectos de las otras hierofanías (manifestación de lo sagrado) tales como el sol y la lluvia que componen el resto de las imágenes alegóricas del cuadro.
AUTOR:Marcelo Ocampo
Análisis:
Conviene recordar que una alegoría es una ficción en virtud de la cual una cosa representa otra diferente (Real Academia Española), esto es muy fácil de mirar en el dibujo del árbol de la vida de la inmunología clínica, cuyas raíces nutricias son elementos que componen y regulan la inmunología, luego se alza un tronco con las 4 ramas “temáticas” y como ramificaciones las especialidades que de manera dinámica pueden cambiar, brotar, o sufrir “apoptosis”: Modalidad específica de muerte celular, implicada en el control del desarrollo y el crecimiento.
El crecimiento del árbol depende de la investigación que se muestra como el sol y de las enfermedades humanas que “riegan” la tierra como lluvia.
Es preciso comentar que el mito no busca la verdad como el método científico, más bien es un método para exponer lo verosímil de un relato no deductivo sino narrativo. Una de las formas del mito es la alegoría, aún los casos extremos de relatos alegóricos con fines pedagógicos como el que nos ocupa.
El árbol en la mitología es regeneración constante y la roca es la realidad. Ejemplos: Atis y el abeto Osiris y el cedro, Artemisa y el mirto, Dionisos y el pino, Zeus y el roble, Apolo y el laurel, Heracles y el olivo silvestre y el plátano de Helena en Esparta.
El árbol del Citerón al que subió Penteo es un árbol-montaña gigante. Atlas, Prometeo, Epimeteo y Meneceo son titanes hermanos que como pilares, sostienen el mundo. El árbol puede ser ascenso como Prometeo y la roca y la lucha del águila por el fuego y Epimeteo que desciende al hombre los males de los mortales. La humanidad nace de las piedras que lanzaron Prometeo y Epimeteo+Pandora, pues sus hijos, Decaulión y Pirra son los padres de la humanidad. En Hesíodo se lee que la raza de bronce de los humanos nace del fresno. A veces aparece un árbol dentro de un arca como en Decaulión. Atlas custodia el árbol del jardín de las Hespérides. Las manzanas a su vez prolongan hasta 400 años la vida.
Es curioso que el árbol fresno sea la lanza de Aquiles como arma del héroe y el fresno eje del mundo o más bien cosmocrátor en la mitología nórdica.
¿Por qué un árbol de la vida en una revista científica?
Para responder a esta pregunta hay que tener en cuenta, que para el hombre religioso, la naturaleza encierra símbolos a través de los cuales se manifiesta lo sagrado, el árbol es una ontofanía (manifestación del ser) y una hierofanía (manifestación de lo sagrado). El árbol es la manifestación del cosmos en tanto nace, se reproduce y se regenera sin fin, de modo que el ser del cosmos se expresa en él. Hay varios ejemplos de árboles cósmicos, como el de la mitología germánica: Yggradyl, inmortal, sostiene el cielo y en él viven distintos seres y dioses como Odín. Yggdrasil era un fresno gigante, eje de la existencia; al sostener el cielo sostiene las estrellas y de allí la tradición de colocar luces en los árboles navideños.
Pero Yggradyl tiene tres raíces y estaba antes de la creación del mundo, un eje cosmogónico a partir del cual se ordena el cosmos pero con pesados elementos ctonios en sus raíces con el peligro latente de una ctonización del mundo, miles de monstruos naciendo del árbol y venciendo a Odín uno de los tres hermanos demiurgos que pierde un ojo en la lucha con los ctonios que pretenden un cierre del Cosmos para lograr el jardin de los Monstruos. En la lucha con Tifón, Zeus pierde los tendones.
En el antiguo testamento, se hace referencia a dos árboles: 1. El de la Ciencia del bien y del mal del cuál tenían prohibido comer Adán y Eva y 2. El árbol de la vida que estaba en el centro del paraíso y que era regado por cuatro brazos del río del Edén, (pensemos en los 4 brazos del árbol de la vida de la inmunología clínica) y cuyos frutos protegían a Adán y a Eva de las enfermedades y del proceso de la muerte física.
Pues bien, Dios estaba construyendo el mundo y la serpiente como emblema ctónico ¿se lo impedía?
Tal vez, porque al revés de aquello que ocurrió en el Jardín de las Hespérides fue distinto a aquello que ocurrió con el dios de la Biblia. En el primer caso, las hespérides, ninfas de la noche cuidaban no a las manzanas de oro sino a la serpiente, el dragón Ladón, muerto fieramente por Heracles. Las Hespérides daban de beber a la serpiente quien era el astuto animal ctónico que cuidaba las manzanas.
Es significativo que la serpiente que custodiaba el árbol de la ciencia tienta a Eva a coger la manzana, entrega la manzana, o sea utiliza a Eva para acercase al árbol de la ciencia. Una maniobra de Dios, para descender al hombre al nivel ontológico inferior con la condición de efímero y cerrando la cesura cosmogónica a través de la cuál, el hombre, que había alcanzado el árbol de la ciencia, podría alcanzar los frutos de la inmortalidad del árbol de la vida, compartiendo la eternidad con Dios.
En cuanto a las hierofanías solares, éstas traducen la autonomía y la fuerza de los valores religiosos. El héroe es el sol por eso ciertas culturas solarizan a los seres supremos. Con el tiempo, se asimila el concepto Sol- Inteligencia y hacia finales de la antigüedad, las hierofanías solares ceden el puesto a las ideas, hay una desacralización paulatina de la naturaleza que comienza por el sol, luego una secularización y lo simbólico cede el paso a la racionalidad moderna y a la investigación o razón científico-técnica, lo cuál a mi modo de ver es peligroso si no le agregamos valores éticos que sirvan de guía para la aplicación de la tecnología.
El gráfico muestra también a la lluvia, en este caso como dispensadora de enfermedades que riegan las raíces del árbol de la vida de la inmunología clínica.
El agua está sacralizada en todas las religiones, a lo largo de las civilizaciones como fuente y origen de la vida en el bautismo o como dispensadora de calamidades y de tragedias como los diluvios universales. En la mitología andaluza existen las Xanes, mujeres jóvenes y hermosas (como las ninfas griegas) seres de las aguas cuyo lado más oscuro estaba el raptar a los niños y actuaban contra la salud de las personas.
La nube se muestra como productora de la lluvia, en la mitología griega Zeus es el que amontona las nubes y lanza rayos y truenos.
En la tradición egipcia Maat, la diosa abre las nubes para impartir justicia y orden cosomogónico. En la mitología de Cantabria, los loberos vienen montados en nubes grises y con la lluvia destruyen las cosechas de los hombres. En el gráfico, motivo de este análisis, la nube origina las enfermedades en los hombres, eclipsando al sol que es la investigación pero a la vez, justificando su existencia. El ser se arranca del no ser, la luz de la oscuridad, la investigación de la enfermedad.
Entonces la respuesta a la pregunta qué hace un árbol en la portada de una revista científica, es que el árbol de la vida persigue fines didácticos para mostrar alegóricamente la renovación de las disciplinas, en consonancia con los paradigmas de la ciencia.
Conclusión:
El Árbol de la Vida de la Inmunología Clínica, es una hermosa y fascinante alegoría del árbol con fines pedagógicos que puede excluirse del mito toda vez que es una auxiliar para la comprensión y éste no aspira a la verdad sino a una hipótesis plausible. La ciencia no es buena ni mala solo busca resultados, por eso hay que ponerle ojos bioéticos o sea valores porque librada a su suerte en el mundo no puede distinguir entre el bien y el mal y es por lo tanto, mas peligrosa que los cuentos arcaicos de muerte y regeneración del mundo.
Autor:Marcelo Ocampo
Lecturas recomendadas:
DROZ G. Los mitos platónicos Editorial Labor, 1993.
ELIADE M. Mito y Realidad. Segunda Edición Labor, 1992.
ELIADE M. Lo Sagrado y lo Profano. Paidós Orientalia 1957,trad en 1988.
Biblioteca Virtual Temakel.
MARTÍNEZ VILLARROYA, J. Estructuras Antropológicas del Imaginario Orfico. Universitat de Barcelona.
YEVLIN M. El jardín de los monstruos. (Biblioteca Nueva)
1 comentario:
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